¿Qué ha hecho de Benidorm un emporio turístico?
Benidorm experimentó un boom turístico que tuvo comienzo en los anos setenta. Pasando de ser un pueblo costero de escasos habitantes a una ciudad llena de hoteles y apartamentos para el veraneo, lo que atrajo de forma exponencial a turistas extranjeros en busca de sol y disfrute, desde países del norte de Europa como Alemania, Reino Unido, Suecia y Noruega entre otros. En muy poco tiempo, con un crecimiento acelerado, Benidorm se convirtió en uno de los más apreciados centros turísticos europeos para el sol y la playa.
Un curioso personaje, Pascual Madoz (abogado, militar, geógrafo, estadístico y periodista) acometió en 1845 un análisis de todas las poblaciones de España titulado Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar*, trabajo que culminaría en 1850 con la ayuda de más de mil colaboradores y veinte corresponsales, que consta de 16 tomos de más de 600 páginas cada uno, y que ha sido considerado como un publicación de referencia.
Pues bien, Benidorm aparece en el tomo IV, págs. 212 y 213, despachando a la población en unas cien líneas de texto y sin que aparezca ninguna referencia a palabras de uso actual como turismo, ocio, hotel, viajeros, playas, sol…
Si acaso una amable alusión: ·…goza de un clima muy templado, sin que se hagan sentir en ella ninguna clase de enfermedades endémicas…”. Y cita que la población “…forma un conjunto hermoso por su grande anchura y por la regularidad de las CASAS, que como cuasi todas las del pueblo, en número de unas 900, son nuevas, espaciosas y ventiladas…” Y describe su dedicación a la agricultura y a la pesca, y los escasos movimientos de su puerto y “aduana de cuarta clase”. Termina informando que “según datos oficiales, 806 vec., 4.502 alm.” constituían su población, diferenciando probablemente ambas cifras entre cabezas de familia y habitantes totales.
¿Qué ha podido suceder, pues, en poco más de siglo y medio que justifique este cambio tan sustancial? Hay referencias de baños de mar, por ejemplo, en 1830 en San Sebastián, o en la década siguiente en Sanlúcar de Barrameda, por citar solo dos ejemplos distantes, incluso con casetas de baños para los usuarios (ver dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2246601.pdf).
En EL GRAN LIBRO DE LA PROVINCIA. Alicante: Aire, Tierra, Agua y Fuego, editado por La Verdad y la CAM, del escritor y periodista Adrian López encontramos esta referencia: “Benidorm. De pueblo a ciudad. Capital del ocio y tiempo libre. Benidorm que tiene una de las ocho mejores playas urbanas del mundo…” y cita “… en 1928, cuando comenzaron a proliferar los primeros chalés…”, dícese que de los primeros madrileños y de los cercanos alcoyanos. Pero el gran despegue se produce en la década de los 50, coincidiendo el alcalde Zaragoza, con el despegue económico español y, posteriormente, con la mejora de las infraestructuras de comunicación, especialmente el aeropuerto, que pone a Benidorm a un tiro de piedra de cualquier ciudad europea.
Así que clima, microclima que se mantiene gracias a su elevado entorno, la cordial atención de sus ciudadanos y la profesionalidad de sus gestores hosteleros han confluido de tal suerte que hoy Benidorm es la respuesta de ocio y descanso para familias y para individuos de todas las edades, para los de gustos dispares y para los de diferentes economías, para españoles y para foráneos. Para todos.
(*) Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Versión digitalizada y de libre acceso pinchando aquí.
Toni Gil.
De la Asociación de la Prensa de Alicante,
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